miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿QUÉ ES EL ÉXITO? 3 de 7

MACKALEXDIGITAL: ¡LA MEJOR MANERA DE CRECER!

                                             ¿QUÉ ES EL ÉXITO? 3

Por MACKALEX para mackalexdigital.blogspot.com

                         ¿QUÉ ES LO QUE DETERMINA EL ÉXITO?

Hay tres manera que determinan el éxito, tales como las facilidades o dones naturales –o suerte directa-, el esfuerzo deliberado, en fin, las oportunidades favorables –o probabilidades exteriores- constituyen los tres elementos de donde puede provenir el éxito, y según Paul C. Jagot, todo éxito de realización, aunque sea de poca importancia, necesita a la vez un esfuerzo sostenido y condicionamientos psicofísicos de una cierta calidad. El hombre poderosamente organizado –lo cual es una suerte directa- triunfa como jugando allí donde otro no triunfaría sino penando. Pero el primero puede fracasar por ligereza, mientras que el segundo triunfará encarnizándose.
El éxito personal es fácil a aquellos cuyo rostro armonioso, estatura imponente, elocución clara y agradable voz encantan ya desde el primer instante a todo el mundo; pero la finura psicológica, el tacto, la oportunidad contribuyen a este éxito en amplia medida y pueden incluso bastar por sí solos.
El éxito de suerte, además de las predisposiciones o de la ocasión que le hacen asequible, fácil, exige un mínimo de iniciativa, ya sea para utilizar las unas, ya sea para utilizar sacar partido de la otra. En el caso extremo de que una fortuna favorezca a un hombre (o mujer) sin el menor esfuerzo por su parte, ¿la conservará éste? Y, en caso afirmativo,    ¿hará un uso provechoso de ella si se abandona a su impulsividad? Ciertamente no. A menos que sea juicioso, depositará mal su confianza y, a menos que sepa gobernarse, se dejará arrastrar a toda clase de abusos desorganizadores.
Resumiendo, las facilidades y dones naturales, por una parte, y las oportunidades dichosas, por otra, hacen posible, favorecen o amplifican el éxito del esfuerzo deliberado. O como decía Maquiavelo cuando se le rebatía su descarnado realismo, que estaba de acuerdo con la fortuna, pero sólo con la mitad en el éxito de los hombres, pero que la otra mitad tenía más que ver con una serie de cualidades que ayudaran a favorecer el buen juicio, el autocontrol y el dispendio de energía y esfuerzos inútiles.
CONSIDERACIONES ACERCA DE LA SUERTE

Se considera la suerte como un encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito o casual, como cuando se dice: Así lo ha querido la suerte. También se refiere a  circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede, como cuando se dice por ejemplo, Juan tiene mala suerte o libro de buena suerte. Y también se hecha suerte, en sentido favorable, cuando se dice Dios te dé suerte o Juan es hombre de suerte. También, casualidad a que se fía la resolución de algo se dice Elegir caudillo por suerte o decídalo la suerte. También puede ser aquello que ocurre o puede ocurrir para bien o para mal de personas o cosas, como cuando uno dice ignoro cuál será mi suerte o fiar a hombres incapaces la suerte del Estado.

Además, cada uno de ciertos medios casuales empleados antiguamente para adivinar lo por venir. Son las más célebres las llamadas suertes de Homero, u homéricas; de Virgilio, o virgilianas, o de los santos, las cuales consistían en abrir al acaso las obras de estos poetas o la Sagrada Escritura e interpretar las primeras palabras que se ofrecían a la vista.

También, es la manera o modo de hacer algo, como cuando se dice, siempre hace las cosas a la suerte, que es lo mismo que decir a lo que salga. O puede significar como contrapuesto al azar en los dados y otros juegos, puntos con que se gana o acierta y corresponde algo por sorteo, o le cae a alguien algo en suerte, y de ahí la localización verba, sucederle algo por designio providencial o tocarle la suerte o correr bien la suerte a alguien o ser dichoso o correr mal la suerte a alguien o ser desgraciado o suele indicar consecuencia y resultado. También, valerse de medios fortuitos o casuales para resolver o decidir algo. O suceso extraordinario, próspero o adverso, que sobreviene de repente.

Por lo que puede ser visto en el párrafo anterior, el acaso no es lo determinante para el éxito si bien estadísticamente hay algunos casos, muy escasos y aislados, que lo determinan, pero que luego de una investigación exhaustiva, se ha comprobado que cualquier porcentaje de suerte, siempre estuvo escoltado por una gran dosis de esfuerzo deliberado. Para la mayoría de los seres humanos, el factor suerte no interviene sino en una medida verdaderamente insignificante, es decir, que la mayoría de nosotros debemos contar únicamente con nuestro esfuerzo personal, sin exagerar por lo demás su alcance.

No parece muy alentador, pero lo cierto es que todo estímulo creado a favor de ilusiones que disipará el primer fracaso al chocar con las realidades, constituye una desventaja, porque nada mina tan profundamente la energía combativa como las reiteradas contrariedades. La fuente más constante de combatividad reside en un positivismo lúcido, como muy bien asegura PCJ. Así, si se estima desprovisto de brillantes facultades, es decir, de suerte interior, incluso si jamás le debe favorecer ninguna oportunidad fortuita, el hombre o la mujer dispuestos a contar únicamente con su actividad y a perseguir de un modo exclusivo las certidumbres, triunfará en más amplia medida que si fundara sus esperanzas en agradables suposiciones.

Al ejercitar sus posibilidades espontáneas de éxito con toda la atención y todo el vigor de que al presente se sienta capaz, poco a poco las desarrollará y llevará a cabo realizaciones cada vez más numerosas, importantes y desafiantes y sus habilidades para obtener y asegurar los éxitos personales se afirmará de año en año y su triunfo será más sólido y percibirá la perspectiva de un apreciable nivel de bienestar. Y el lograr este nivel de bienestar, constituye ya un éxito cuya ampliación podrá perseguirse en seguida, etapa por etapa. Cuanto más áspera haya sido la lucha, más fuertemente se habrán  densificado y robustecido los resortes del psiquismo individual.










¿QUÉ ES EL ÉXITO? 2 de 7

MACKALEXDIGITAL: ¡LA MEJOR MANERA DE CRECER!
                          Por MACKALEX para mackalexdigital.blogspot.com/

Vimos en la publicación anterior lo que es el éxito, pero hay que hacer algunas observaciones pertinentes, de modo que éste pueda ser más positivo y aleccionador, y lo primero que tenemos que anotar, es que el éxito no escamotea la cuestión suerte, pero si la toma en cuenta, debe percatarse de las limitaciones que ésta tiene, y entender que la voluntad puede más reducida a sus propios medios.
Decir que todo depende de la suerte, es dirigir a las personas por las vías de las más aniquiladoras decepciones, pues como muy bien señala Jagot, afirmar que todo depende de las circunstancias, es invitar a las personas a afirmar que todo depende de éstas, sin considerar los hechos reales de manera analítica, y a un tiempo, invitarlas también a que se abstengan de mejorar y de hacer uso de las armas y cualidades que todo el mundo por naturaleza propia posee.
Y además, la experiencia muy bien demuestra que la iniciativa personal, la circunspección, la firmeza, la aplicación, los múltiples aspectos del esfuerzo son eficaces determinantes cuya intensidad y persistencia modifican, de una manera apreciable, lo que las espontaneidades del exterior y del interior tienden a engendrar.
Hay que esforzarse de modo muy laborioso y con tenacidad, pues de esta manera, la agudeza y el vigor cerebrales se desarrollan, y es entonces cuando llega la facilidad, y quien de esta manera trabaje, sólo tendrá que persistir para lograr mediante la tenacidad, y de una manera más fácil, la asimilación de tareas más complejas.
Se sabe que a casi todo el mundo le resulta duro producir, pero también se sabe que la constancia permite conquistar poco a poco la potencia de trabajo necesaria y el virtuosismo, y todo esto le da relevancia a la frase de que la paciencia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos dulces.
Luego, es recomendable que desde este momento, emprenda su tarea diaria con atención concentrada y de modo reflexivo, y con la mente puesta en llevarlo a cabo impecable, rápida e íntegramente, con la idea de empezar ya mismo, y verá que sus medios de realización comenzarán inmediatamente a fortalecerse, sin importar la remuneración o lo pesado de la tarea, ya que lo que importa es la ocasión que ofrece una labor. Es por ello, que a muchos triunfadores del mundo de los negocios, cuando le preguntan el motivo de su éxito económico, destacan que empezaron a hacer dinero cuando dejaron de pensar en él y se concentraron en su labor.
Es por la resistencia, por la lucha, por la acción incansable, como cada quien puede elevar el nivel de sus posibilidades y enfrentar todas las dificultades. Aquellos que quieren triunfar deben ampliar y enriquecer sus herramientas realizadoras y es precisamente el objetivo de esta serie de artículos sobre el éxito poner a cada cual en el camino del mismo para lograr los mejores resultados.
Naturalmente, la medida de los resultados no es siempre la misma para todas las personas, pues se sabe que cada cual es único e indivisible y todo va a depender de cual es el campo o los campos elegidos para perseguir el triunfo, así como también el límite o medida de sus aspiraciones.
La adquisición de la capacidad indispensable para la satisfacción de las grandes ambiciones necesita no tan sólo un trabajo tenaz y constante, sino también, una predisposición poco común al uso de las herramientas de la voluntad y la perseverancia.
Y se sabe, que con muy raras excepciones, aquellos que se retrasan en alcanzar las cimas, sufren extravíos y se agitan casi siempre sin provecho, contrario a aquellas personas que sin presunciones, pero resueltas a jugar a conciencia, y a no dejar de modo voluntario nada al azar, que desarrollan hasta el extremo límite de lo posible sus cualidades y el rendimiento máximo de sus aptitudes, para obtener el máximo de sus posibilidades.
Ya que el extremo límite de lo posible difiere para cada persona, y sólo puede ser conocido por la experiencia, nadie sabe de modo exacto el suyo, y es por esto que no se debe impulsar a nadie a que se imagine el éxito por anticipado en forma de horizontes demasiado brillantes y demasiado lejanos (o como muy bien señala Dale Carnegie, todo debe ser planeado a momentos estancos), ya que la primera condición que hay que llenar para triunfar es la de asignarse un objetivo general y otro inmediato.
El inmediato constituye una etapa hacia el objetivo general y, naturalmente, no se hace oposición a ello, pero el objetivo final debe representar la excelencia en la vía que se elija, y el objetivo inmediato, el conjunto de los resultados más ciertamente asequibles desde el punto en que cada quien se halle en el momento.
Ningún triunfador vio por anticipado el éxito, sino, como muy bien señala Paul C. Jagot, tendía a la excelencia en el camino elegido, y de igual modo, no perdían de vista su ideal, y concentraban día por día su pensamiento y actividad hacia el más próximo objetivo.

Nota: se recomienda buscar y leer en esta misma página este artículo de Kasuga Osaka, por considerarlo de sumo interés en el camino al éxito empresarial con el método moderno japonés del KAIZEN

Lo más importante, y en ello coincidimos con PCJ, es que vale más abstenerse de soñar y en cambio actuar, sin fijarse límites definitivos y ensanchando indefinidamente la envergadura de las propias capacidades y asegurarse así ventajas cada vez más importantes, pues el fuego del entusiasmo, que se enciende mediante la evocación de grandes perspectivas, flamea magníficamente, pero se extingue con rapidez, y con estas exposiciones, precisamente, se persigue inspirárselo, pero en una forma recogida, concentrada, tenaz, de la que se deriva el valor y la voluntad de avanzar con tanta circunspección como seguridad, de modo que las ambiciones de cada cual crecerán por sí mismas paralelamente a la extensión de sus posibilidades.