¿CÓMO DISCUTIR CON ELEGANCIA Y SACAR PROVECHO DE UNA DISCUSIÓN?
Por Manuel Alexis Colón Jorge (MACKALEX)
Para mi Periódico Digital
Diciembre, 2 007
3/5
V
Una vez vistos los errores más comunes que malogran el objetivo y fin último de una discusión, es bueno sacar algunas conclusiones, por demás aconsejables, con el ánimo de fortalecer los requerimientos discursivos que entraña indefectiblemente el pensamiento eficaz y organizado.
1- El primer paso para sacar provecho a una discusión es la organización del pensamiento, para observar si hay organización cerebral en el expositor mientras discurre, de manera que valga la pena escucharle; naturalmente, para poder hacer esto, el primero que tiene que tener el pensamiento organizado es usted.
2- No permita ni haga escarceos, a menos que no sea por cansancio; si es por esto último, entonces suspenda la discusión e introduzca cosas triviales, como la lluvia y el tiempo, por ejemplo.
3- Asegúrese cuando usted es el expositor de que sus informaciones sean al menos de segunda mano; pero cuando el tiempo se lo permita, no escatime esfuerzos para indagar en las fuentes originales; siga el ejemplo de W. Churchill, quien solía decir que las citas, cuando quedan esculpidas en nuestra memoria, nos sugieren pensamientos originales; además, despiertan en nosotros el deseo de leer a los autores de los cuales han sido tomadas; el mismo caso se aplica a quien escucha cuando quiere incidentar una discusión con informaciones que considera relevantes; recuerde también, como fue establecido previamente, que no existe información inocente.
4- Cuando la discusión involucra a un fanático, recuerde aplicar la definición de W. Churchill de que un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema; respétele su fanatismo, y siga el aserto de Joaquín Sentanti de que es mejor estar entre locos que cerca de un necio.... y evite enfrentar discusiones inconducentes; debe, eso sí, diferenciar a éste, de aquél a quien le apasiona un tema y lo conduce con elegancia, información de primera mano y cimientos sólidos de interpretación.
5- En temas generales, siga la máxima de los abogados, de no hacer preguntas que no pueda soportar con sus propias respuestas; recuerde que quien sabe preguntar, ya tiene a mano la mitad de la respuesta.
6- Tener siempre presente, pero respaldado por una gran madurez, que dos pensamientos discordes, tienen en común el punto que los diferencia.
7- No haga mangas y capirotes en su exposición o pregunta; recuerde que la reflexión es vital, aunque sea rápida, para el resultado final de una discusión beneficiosa y edificante; trate de no ser una veleta social condicionada.
8- Evite las inferencias generales como consecuencia de una inferencia particular; recuerde que la experiencia de un solo hombre, no define el contexto general; evite también, hacer lo contrario, es decir, inducir que todo el comportamiento particular depende de la generalidad; esto es, porque las excepciones precisamente por ser excepciones es que son escasas y son las que distinguen entre mayoría y minoría.
9- Registre bien en su mente los datos obtenidos y los razonamientos enfrentados, para saber usarlos en una próxima ocasión; verifíquelos en fuentes originales como se estableció previamente y no escatime esfuerzos por lograr su propagación; después de todo, los datos no pertenecen al archivo cerebral, sino al conglomerado social.
10- No se enterque, y evite ser díscolo en sus razonamientos, ya que esto le puede encerrar en sí mismo de tal manera que el desarrollo dialéctico de su pensamiento mediante un salto al vacío, se malogre.
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