MACKALEXDIGITAL: ¡LA MEJOR MANERA DE CRECER!Creación: ¿Privilegio de pocos?
Por: MACKALEX para mackalexdigital.blogspot.com
«EN LOS TIEMPOS DE GRANDES VIENTOS DE CAMBIO, MUCHOS CONSTRUYEN REFUGIOS Y SE METEN ADENTRO, OTROS CONSTRUYEN MOLINOS Y SE ENRIQUECEN»1....
I
Cuando se habla de creación en esta exposición, se refiere a la capacidad que tenemos todos los seres humanos para crear y, en cierto sentido, una invitación a la osadía de hacerlo, y nunca aceptar que ya se han descubierto o agotado (al estilo judaico de que todo está escrito) todas las ideas básicas, aun si se acepta el hecho de la emulación y se comprende, retrotrayéndonos a la historia, que como muy bien señala Meuller2, Mozart imitaba al austriaco J. F. Haydn fijador de las leyes de las sinfonías clásicas y Beethoven a Mozart y éste a su vez era imitado por el austriaco Franz Schubert, y así otros y en diferentes campos, hasta que todos fueron encontrando sus propios estilos y creaciones. De modo que tanto en el arte como en la ciencia, el hombre siempre estará condicionado para hacer arte y ciencia, ya que, a diferencia de los otros animales, tiene necesidad de ello: la ciencia, porque le permite mejorar sus condiciones de vida, y el arte, porque le hace más llevadera y placentera la existencia, siendo incluso, muchas veces, soporte y aliado de la primera, gracias a los sueños e imaginación del artista, tal como ocurrió con Julio Verne, que gracias al fruto de su imaginación, hizo realidad el submarino, hasta que desarrolló alas y se convirtió en avión, como muy bien señala la venezolana Connie Méndez.
La imaginación es el flujo fácil y tranquilo de la corriente de pensamientos de nuestra mente. La imaginación controlada es la creación. La investigación y el descubrimiento son la creación que actúa en la naturaleza. Las creaciones artísticas son las emociones del hombre expresadas hermosamente. Primero se necesita una imaginación ágil, luego la creación de algo inventivo... de algo artístico. Esta es la forma en que el hombre inventa y hace arte.
Los animales no pueden tomar decisiones que cambien sus vidas; sólo se adaptan a las condiciones de la vida. Los castores construyen presas, y las hormigas hormigueros; pero nada más hacen eso; son siempre los mismos; no hay originalidad, mientras que el hombre, es algo más que adaptable; es creador. Los animales, no pueden revisarse e investigar para ver qué cambios pueden hacerse, ya que el espíritu libre, sólo lo posee el hombre, y esto es lo que le diferencia.
La creación nunca se agota, ya que el hombre está descubriendo cosas nuevas de modo constante. Desde el momento mismo de sus inicios, el hombre, no sólo crea para la supervivencia, sino, además, para satisfacer sus necesidades mentales de algo hermoso, y por eso los mitos, religiones, escultura en sus artefactos prácticos para darle belleza. Las creaciones no son siempre nuevas, ya que en el pasado, pudo haber una percepción igual a la suya.
A veces, ideas nuevas suenan extrañas, y les resulta imposible romper las barreras del conservadurismo, siempre arraigado en la comodidad de la costumbre, tal como sucedió con el alemán Georg Riemann y el ruso Nikolai Lobachesvki, cuando imaginaron líneas paralelas que se encuentran, en lo que se llama creación de sistemas imposibles, contradiciendo la geometría euclidiana basada en el sentido común, siendo creídos locos por todo el mundo, y reivindicados por Einstein, quien comprobó algunas de sus teorías a través de ella. Esto demuestra, que su percepción y visión de la naturaleza son cambiantes.
Con algunas excepciones, el creador se hace; no nace; y no es que los creadores sean seres excepcionales y superiores, sino más bien que el resto de la humanidad está muy por debajo de lo normal, como considera Meuller. Un creador vive, come, duerme, se divierte y muere como cualquier ser humano. Lo único que lo hace excepcional, es que trata con pasión, mediante grandes esfuerzos y paciencia infinita, de usar su talento, lo cual, no hace la mayoría, apoderándose de él un deseo incontenible de crear, buscando constantemente dentro de sí hasta que descubre que crear, sin importar edad, era o situación.
Tanto la región natural como la región humana, esta última transformadora de la primera, pueden ser fuentes de inspiración creadora para el hombre. La creación viene de la mente humana, estimulada por lo que descubre en la naturaleza, y por las creaciones de otros... La creación ocurre cuando lo nuevo, es mayor que la suma de las partes. La gota de rojo en un charco azul, forma el violeta... uno más uno es igual a tres... el fantasma del mono hace al hombre.
El habla, fue, probablemente, el primer invento del hombre y hasta la Biblia se refiere a ello, cuando dice: “En el principio era el verbo”. Gracias a esta característica, logró una mejor comunicación para la caza, ya que su mayor preocupación era el alimento, inventando armas como piedras y clavas. Naturalmente, fue ampliando su campo de acción, pues si no hubiera sobrepasado estos límites, sólo fuera otro animal más, a pesar de las armas o lo mucho que hablara. Por ello, cuando descubre el fuego, y comienza a comprender sus múltiples usos, se desarrolla el vehículo de la inventiva humana y es el principio, donde se enciende la imaginación, iniciándose el camino de la humanidad creadora, encontrándose a sí mismo, y siguiendo audazmente por esa senda que ningún otro animal antes que él había osado pisar. Entonces surgen las ideas, que nos han transitado por ese incontenible sendero que es la civilización, y en la medida que surgen nuevas ideas, comienza a abandonar la vida nómada y su capacidad le sugiere el establecimiento en un sitio, para crear su vida sedentaria.
La imaginación para imaginar, y por eso, con esa característica de soñador, crea el arte, y surgen las flautas, la entonación de una canción, la pintura, escultura… El arte da mayor significado a su vida, y llena su experiencia con un sentido de orden y de belleza; enriquece la vida que la ciencia hace posible, aunque ésta es posterior, ya que exige causas, para escudriñar profundamente la naturaleza, en razón de que el hombre tiende más a poetizarla que a analizarla; por esto, la ciencia se establece después que la civilización ha llegado a un alto nivel. Ésta siempre espera ser precisa, para que sus verdades sean sólidas y reales, lo cual no es natural en el hombre, quien de modo general, prefiere la ilusión a la realidad profunda de la naturaleza.
En definitiva, siempre tiene que haber alguien parecido a los Galileo, Newton, Euclides, Pasteur, Einstein, Verne, Marx, Engels, T. Mann, Bosch, García Márquez, C. Barnard, J. Verne, F. Dostoievski, Tolstoi, Pavlov, Freud... y los grandes inventores como Edison, B. Franklyn, Land, Ford, V. K. Zworykin (hizo posible la TV moderna en el 1 923 con la válvula electrónica exploradora), Marconi, Gallo y otros.
Todos tenemos el potencial para ser creadores, pero la pereza mental no nos deja y, sin embargo, todo lo que hoy disfrutamos, se debe al esfuerzo que han realizado los grandes creadores, desde un simple artefacto para abrir latas, hasta las cada vez más competentes computadoras.
Sin embargo, las invenciones, y lo que se deriva de ellas, como es el caso de las computadoras, nunca podrán sustituir al hombre, pues al final, la actividad creadora de éste, con la pasión y las condiciones naturales especiales que tiene, siempre las somete a su antojo, pues por más que a una computadora le programen jugadas de ajedrez, al final, son movidas hechas por el hombre y archivadas históricamente, y no tendrán nunca la capacidad de inventar otras, y por lo tanto deberán esperar alimento para sus archivos.
Continuaremos con el tema la proxima semana
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