miércoles, 24 de noviembre de 2010

Prosperidad y felicidad: ¿juntas o separadas?

MACKALEXDIGITAL: ¡LA MEJOR MANERA DE CRECER!

Prosperidad y felicidad: ¿juntas o separadas?

El lunes 8 de noviembre de 2010, 9:28 PM EST
Por Xavier Serbia/ www.xavierserbia.com
Readaptado y recopilado por MACKALEX para mackalexdigital.blogspot.com/


Me sorprende cuando algunos grupos llenan los espacios de discusión para indicarnos que tenemos que vivir en un submarino amarillo cantando "all we need is love" para ser felices.
Las críticas llueven. Que si los que viven en los países ricos son desdichados, enfrentan desintegración familiar, viven en estrés todo el día trabajando, no tienen valores familiares, mucho robo, matanzas y la lista sigue. Todo culpa del maldito dinero y por querer tener crecimiento económico.
O sea, que los que viven en los países más prósperos son infelices y los que viven en las hermosas tierras del Togo junto a la naturaleza son las personas con más amor, unión familiar, menos matanza y robos en el mundo. Ellos no tienen nada de estrés porque viven con las comodidades que la pacífica naturaleza les ofrece. Como si la historia de Caín y Abel, Hamlet, de Antonio o de Shylock son materia prima de las sociedades prósperas.
Entonces, siguiendo esta línea de pensamiento, no sería descabellado concluir que la prosperidad no hace feliz a los habitantes que viven en los países ricos. Sin embargo, aquellos con menos prosperidad son más felices.
El tema de la relación entre dinero y felicidad a estado en la mente de muchos desde centurias. Desde Aristóteles hasta Bentham, Mill y Adam Smith el tema de la felicidad y el dinero han estado en el trabajo de economistas y filósofos.
Incluso hay un área de la economía, llamada economía de la felicidad, donde economistas y sicólogos combinan sus neuronas para definir, estudiar y medir la felicidad de los individuos y sociedades.
Los debates floran. Están aquellos que se concentran en que la felicidad nacional no necesariamente incrementa con el ingreso todo el tiempo; que la felicidad está en otras áreas como el amor, la familia, la cultura; o que una vez cumpliste con tus necesidades básicas, el dinero pasa a un plano secundario o irrelevante en relación a la felicidad.
¿Son los miembros de los países más prósperos menos felices? No. Contrario a la creencia de los "submarinos amarillos" la realidad es que: 1) los países más prósperos ofrecen más oportunidades de lograr el mayor potencial de felicidad, y 2) la felicidad no se condiciona sólo al sistema sino también al individuo.
Hay una relación positiva entre aumento de ingresos y satisfacción personal. La encuesta realizada por Gallup a miles de personas procedente de 155 países entre 2005 y el 2009 muestra claramente que estar satisfecho con la vida es mucho más alto en países con mayor ingreso per capita. O sea, los lugares en áreas como Norte America, Europa del Oeste, Japón, Australia y Arabia Saudita son países ricos con una alta satisfacción entre 7.5-8.5. Mientras que en el sur de África, Haití y Cambodia indican una baja satisfacción de entre 3.1 y 4.5.
Cierto que hay países con menos ingreso per capita e indican una alta satisfacción - por ejemplo Costa Rica es uno-. Pero, la tendencia indica que un alto nivel de ingreso per capita se correlaciona con un alto nivel de satisfacción por la vida.
Aunque estamos hablando a nivel agregado - el total de la gente-, el sentido común y nuestra experiencia nos pueden ayudar a comprender que puede haber casos de personas de países más pobres felices y personas infelices en lugares con ingreso más alto.
¿Por qué? Porque la felicidad no es sola y exclusivamente del país. También entra en la ecuación el individuo. Hay un escrito muy interesante* donde tres sicólogos hablan que la felicidad contiene tres determinantes:
La parte neurobiológica de las personas (50%). Temperamento, personalidad y otras características de nuestra personalidad que están en nuestro "DNA".
Las circunstancias (10%) que incluye factores geográficos como la región, culturales, demográficos -edad, género y raza o etnia-; factores circunstanciales como historia personal, eventos que marcan como traumas, accidentes o ganarse un premio. También están los factores circunstanciales como son el estado marital, ocupación, seguridad, ingresos, salud y afiliación religiosa.
La actividad intencional (40%) que son las cosas que pensamos y acciones que tomamos en nuestra vida diaria. Le llaman intencional porque nosotros escogemos los pensamientos y las acciones. Y muchas veces esos pensamientos y acciones lo hacemos un hábito aunque pareciera parte de nuestro DNA.
Por eso, podemos encontrar individuos que tienen todas las comodidades que un togoles dejaría hasta la camiseta con el fin de tener una cuarta parte de ellas. Sin embargo, la persona es infeliz. ¿Acaso no vemos los dramas de tantos artistas, deportistas o personas públicas que son infelices a pesar de tener tanto? ¿La razón? El problema puede ser de genética, puede ser circunstancias que se están viviendo y/o simplemente eligen conscientemente vivir infelices.
Lo mismo le puede pasar a una persona viviendo en un país con menos privilegios y viceversa.
El punto es que no podemos alejar la prosperidad de la felicidad. La felicidad está condicionada al nivel de prosperidad económica como también al individuo.
Cierto que el dinero no es el único pasaje para la felicidad. Pero, cierto que puede comprar mucha satisfacción de vida. Solo piensa esto: ¿Quién crees que estará más satisfecho con la vida: aquel individualmente feliz viviendo en un país con muy bajo nivel de ingreso per capita o aquel individualmente feliz viviendo en un país con un alto nivel de ingreso per capita?
Al final, tú decides.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario es muy importante para nosotros, pues nos ayuda a crecer juntos