Por considerarlo de interés, principalmente para las mujeres, a continuación el interesante artículo de Adriana Balaguer, tomado de Yahoo, en agosto de los corrientes.
AMISTADES VACÍAS
Por: Adriana Balaguer, el 10 de agosto de 2009,
08:00 AM en Yahoo
Cuántas veces nos pasa que después de estar un largo rato
sentadas frente a otro, nos vamos con la sensación de no haber hecho contacto.
De no haber logrado comunicarnos. Hubo palabras, hubo atención en ellas, pero
no hubo diálogo. Y sin quererlo, ese intercambio frustrado, en algún sentido,
daña la relación.
Hay especialistas que clasifican las comunicaciones en
base a su contenido. Están las que sólo se sostienen para pasar el tiempo, y
que recorren un montón de lugares comunes que nada dicen de las personas allí
presentes. También hay intercambios donde la intimidad solo se intuye porque
existe cierta complicidad para hablar de los otros ausentes. Y están después
aquellas conversaciones en las que sólo uno habla, y de sí mismo.
Convirtiéndonos en espectadores de verdaderos monólogos dignos de un
espectáculo de stand up.
Pero a medida que la relación con el otro se profundiza,
aparecen en escena otros factores más comprometedores como hablar de lo que
sentimos. El tema es que en esta instancia, si bien se abren los corazones, no
se llega a dialogar sobre esas emociones. Aseguran los que saben que la
verdadera comunicación se da cuando a esa confianza conseguida, se le suma la
posibilidad de hablar y escuchar lo que uno siente respecto a ese otro que nos
mira, sobre cómo nos afectan sus dichos, sus acciones, sus sentimientos.
Clara F. tenía amigas en cada lugar del que formaba parte.
Amigas de gimnasia, del trabajo, del barrio, de la escuela de los chicos. Sin
embargo, se sentía sola. De todas sabía vida y obra, solía escucharlas cuando
venían con confesiones, y también se enteraba de ellas por lo que otras amigas
comentaban. Sin embargo, poco y nada conocían estas mujeres de las cosas que la
entristecían y preocupaban.
¿Cómo crear ese espacio? ¿Le correspondía reclamarlo?
¿Tenía que seguir buscando que ese espacio más profundo de intercambio se diera
naturalmente? ¿Cuánto de su silencio era culpa de los otros? ¿Cuánto era su
responsabilidad? A veces encontrar un interlocutor interesado e interesante con
el que hablar, lleva tiempo. Pero si esa espera se extiende, y nos sentimos
demasiado vacíos, seguramente tendremos que intentar abrirnos, aunque eso
implique arriesgarnos a ser heridos.
¿Con qué tipo de comunicación te sientes más a gusto?
Interesante artículo, pues alguna que otra vez a todos nos pasa que nos reunimos, hablamos o compartimos con alguien, y nos queda esa sensación de vacío, que sólo se llena con la soledad que nos lleva a estar bien sólo con nosotros mismos.
ResponderEliminarMACKALEX