Mediocridad, Voluntad y Seres Libres
Por MACKALEX para mackalexdigital.blogspot.com
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Mediocridad no es más que algo o alguien que tiene o lleva implícito la cualidad de "mediocre", lo que a fin de cuentas significa que ese algo o alguien representa una "calidad media" (herramienta estadística de la "media" y de ahí, estar por "debajo" o por "encima" de la media) y se desprende de ello, que se considere una opinión o escrito de poco mérito o tirando a malo.
Sin embargo, la mediocridad tiene matices, pues en algún momento de nuestras vidas, todos, sin excepción, estamos por "encima", "igual" o por "debajo" de la media, sobre todo cuando de "materia social" se trata, pues como le dijo el Quijote a Sancho Panza, eso que a ti te parece bacía de barbero a otro le parecerá otra cosa, y por ello, que sea tan difícil saber o determinar cuando se está por encima, igual o por debajo de la media. Por ejemplo, si en esta cita de El Quijote, usted se preocupa más por la exactitud de la frase que por la profundidad de la misma, entonces, usted está por debajo de la media, y su exposición desde el punto de vista discursivo es mediocre, ya que su inclinación tiende más a la forma que al fondo de las cosas.
Es por esto, que la interpretación es muy delicada, pues hay muchas cosas que pasan por mediocres por la mediocridad de los críticos y otras que pasan por excelentes aun con la mediocridad del expositor y la sobrevaluación del crítico.
Y es que como escribía NIETZSCHE: ¡En qué mundo más extrañamente simplificado y falsificado vive la humanidad!
Según escribió Cecilia Collado en su muro de FB, si engordas es malo, si rebajas estás enferm@, si vistes bien eres un creíd@, si dices lo que piensas eres un malcriad@ o pedante y si no dices nada, un amargad@, si lloras eres un shower@ y si ríes más de la cuenta eres loc@ y todavía peor, cuando te defiendes y utilizas la herramienta de crítica de la crítica, eres problemátic@, y si no lo haces estúpid@... de manera que como estamos rodeados de tantas inconformidades que no son más que vacíos existenciales que luego se convierten en mediocridades... deja que la gente piense lo que quiera y disfruta de ser tu mism@ y lucha por no caer en el estercolero de la mediocridad, la cual, en la mediocracia en que vivimos, se ha convertido en el arma de los "genios" y los "sabios" del mundo que provocan las crisis y rebajan los valores hacia los que debe dirigirse la humanidad dizque apoyados en los "principios estandarizados", los cuales no son más que una rémora en el desarrollo de la voluntad. Pero si usted es de los que se encuentran dentro de este grupo de inconformes, entonces usted está por debajo de la media.
¡Qué brillantemente hemos sabido dejar que nuestros sentidos caminen por la superficie, e inspirar a nuestro pensamiento un deseo de piruetas caprichosas y de falsos razonamientos! Cuánto nos hemos esmerado para conservar intacta nuestra ignorancia... El lenguaje, aquí como en todas partes, tiene que arrastrar consigo toda su torpeza y continuar hablando de oposiciones, cuando se trata de matices y de sutiles graduaciones; además, la hipocresía consuetudinaria de la moral, que se ha convertido, de manera invencible, en "carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre", nos ha desnaturalizado también las palabras de nuestra propia boca... (p. 35). Por esto que asevera Nietzsche, es tan importante combatir la mediocridad, ya que los falsos moralistas son los grandes arquitectos de nuestra "mediocracia" y por antonomansia, los grandes mediocres de nuestros tiempos.
Y es precisamente ahí donde entra en juego la moral, la cual, contrario a como muchos piensan, y por la cual se cae en tantas bajezas humanas, no conlleva en sí el concepto de "bueno o malo", ya que son las costumbres las que son "virtuosas" o "dañinas", y por ello, que siempre se quiera tener como ejemplar, de manera mediocre, nuestras propias costumbres, aceptándolas como virtuosas, mientras las de la acera de en frente las consideramos perniciosas. Y si nos adentramos en ella, veremos que la palabra "moral" tiene su origen en el término latino mores, cuyo significado es 'costumbre', la cual se desprende del griego moralis, que significa lo mismo.
De todas maneras, lo que se quiere destacar aquí, es que desde que la moral comenzó a ser enseñada en forma de preceptos prácticos a través de las Máximas de los sietes sabios de Grecia o de apólogos y alegorias, hasta que se revistió del supuesto carácter científico en las escuelas de Grecia y Roma, hoy en día no es más que una vía obstaculizadora de la voluntad del ser humano para el logro de los grandes acontecimientos a los que debe estar abocado, para evitar de esta manera caer en la mediocridad, a través del acatamiento que los individu@s dispensan a las normas imperantes y que hacen equivalentes los términos de ética y moral.
Y es precisamente por esto, pese a la equivalencia, que la norma ética siempre será teórica (y se tratará de enseñar en todos los sistemas de instrucción como la panacea que fortalece la sociedad a través de los "principios", siempre estercolados por quienes pretenden erigir normas y preceptos basados en "su moral"), en tanto que su practicidad será la moral o costumbre, siendo esta última la rompedora de la actitud volitiva de los hombres y mujeres, sin la cual no se logran las grandes cosas que llevan al éxito y como consecuencia, sobrepasan el dique de la mediocridad.
Continuaremos con el tema, sobre todo con la interrelación que se da entre voluntad y seres libres, que se ven obstaculizados por el pernicioso culto a la mediocridad.
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