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ADMINISTRACIÓN MODERNA VII
PLANEACIÓN ORGANIZACIÓN EJECUCIÓN CONTROL
Por MACKALEX para mackalexdigital.blogspot.com/
Toda ciencia, todo arte, toda tecnología, toda técnica, tienen sus propios términos y conceptos que los distinguen de los demás campos, y conforman el armazón intelectual que los sostiene y de ahí que administrar la investigación de un reactivo químico o un proceso biológico, o en el campo de las ciencias sociales administrar un proceso electoral no es lo mismo que administrar una empresa, sea o no sin fines de lucro (con todo y que la administración es común a todas las demás actividades sociales), y cuando se habla de administración en este opúsculo nos referimos a la ciencia, técnica o arte, no importa como se le asigne, que permite la obtención de beneficios mediante el trabajo del esfuerzo ajeno, y que quien se decide a escoger la profesión de administración, debe estar presto a saber distinguir a la hora de diseñar un puesto o crear departamentos, revestido de las condiciones para la misma, y sentir un profundo deseo de administrar, influir en los demás y obtener resultados mediante los esfuerzos en conjunto de sus subordinados. Y este deseo requiere de esfuerzo, tiempo, energía, y por lo general de mucho trabajo.
Se añade a todo ello, que posea las cualidades de buena comunicación y empatía (nunca considerar que un buen subordinado es aquél que le adivina el pensamiento, sino el que interpreta correctamente lo comunicado en cualquiera de los lenguajes conocidos), de manera que pueda comunicarse claramente por medio de informes escritos, cartas, discursos y conversaciones substanciosas, y sobre todo con claridad y empatía, siendo esta última la capacidad de comprender los sentimientos de los demás, teniendo siempre presentes los aspectos emocionales de la comunicación.
Y es a partir de este momento donde entran los aspectos más importantes de la buena administración ya sea para una empresa comercial u otra sin fines de lucro, donde la buena planeación figura como primer paso, no importa si es para una nueva, una ya establecida o un departamento actual o la creación de otro.
Luego, planear, trazar o formar el plan de una obra, y se hacen planes o proyectos respecto de ella, y es entonces cuando hablamos de planeación o planeamiento, que representaría ya la acción y efecto de planear, y así vemos volar con las alas extendidas e inmóviles a las aves planeando en el aire su objetivo de aterrizaje, idéntico a como las emulan los aviones.
Y es que el administrador que no planea de antemano hacia donde quiere llegar, volará mucho, pero aterrizará poco, y si no consigue la colaboración de los otros, y estos no saben hasta donde él quiere llegar, habrán tanto objetivos como personas en el equipo de trabajo, el resultado será muchos pequeños objetivos dispersos sin ninguna connotación importante.
De modo que planear de antemano es lo que nos da, si bien no la certeza total, al menos una guía para la acción, la cual nos demostrará que la teoría sin práctica es nula, pero que la práctica sin teoría es ciega. Y es que la planeación significa precisamente eso: teorizar acerca de la visualización que tengo de hasta dónde quiero llegar en un futuro proyectado que se sostiene de las experiencias del pasado y sobre el acontecer del momento, y que simplemente me dice que con la articulación de esos dos importantes momentos y su adecuado manejo, me abriré un exitoso porvenir.
Una vez tengo planeado ese exitoso porvenir, actúo en consecuencia y comienzo a organizar, establecer o reformar algo para lograr el fin, coordinando las personas y los medios adecuados, con el orden requerido, y es entonces cuando hago o produzco algo, y ya dispongo de un órgano y tengo una organización, asociación de personas, regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines, que no son más que aquellos que me ha permitido visualizar y esclarecer el importante paso de la planeación, y que como uno solo, me han permitido la disposición, las herramientas, los arreglos necesarios y el orden que me permitirán alcanzar mis metas.
De nada me sirven, sin embargo, si no echo mano y pongo por obra lo planeado y organizado, y desempeño mi papel de administrador con arte y la mayor facilidad posible, y es entonces cuando entro en la importante ejecución de las acciones que me permitirán lograr que se cumplan los procedimientos establecidos, sin encerrarme naturalmente a las nuevas ideas y los constantes cambios de nuestra era actual, y que me llevarán a uno de los aspectos que no por último deja de ser importante: Controlar.
Y esto no es más que ejercer el control de que todo esté saliendo según lo planeado, y rectificar a tiempo en el día a día de la empresa las improvisaciones inesperadas para controlar, que se corrijan entuertos y situaciones inesperadas y aplico entonces el control para comprobar, inspeccionar, fiscalizar e intervenir, en caso que sea necesario, para que las cosas marchen lo más posible de acuerdo a lo planeado, que está a la vez plasmado sobre el lienzo de la organización y accionado y ejecutado por un equipo cohesionado y dirigido hacia el objetivo de la organización. Demás está decir, que el dominio, el mando y la preponderancia, forman el vértice del triángulo del control. Continuaremos en otra próxima entrega de Administración Moderna VIII