Hacen falta más que palabras para combatir el cambio climático
15 de Febrero de 2013
Hacen falta más que palabras para combatir el cambio climático
15 de febrero de 2013
Por primera vez en sus 120 años de historia, el grupo Sierra Club
participó en un acto de desobediencia civil. Lo hizo el mismo día en que
el Presidente Barack Obama pronunció su discurso sobre el Estado de la
Unión de 2013. El grupo se sumó a otras muchas personas que se
manifestaron contra la construcción del oleoducto Keystone XL, que
aguarda el permiso del gobierno de Obama. En su discurso, el presidente
se comprometió a enfrentar la creciente amenaza de la crisis climática.
Pero será necesario algo más que palabras para salvar al planeta de la
crisis climática provocada por el ser humano, y un creciente movimiento
social heterogéneo le está exigiendo a la Casa Blanca que adopte medidas
significativas.
El oleoducto Keystone XL es particularmente polémico debido a que
permitirá la explotación de las arenas bituminosas de Canadá, que son
consideradas la fuente de petróleo más sucia del planeta. Una de las
principales voces contra el cambio climático, James Hansen, director del
Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA,
escribió en el New York Times el año pasado acerca de las arenas
bituminosas: “Si Canadá continúa con el proyecto y nosotros no hacemos
nada, será el fin para el clima”. Una nueva investigación realizada por
la organización sin fines de lucro Oil Change International señala que
el impacto potencial de las arenas bituminosas será aún peor de lo que
se creía. Debido a que el oleoducto planificado atravesaría la frontera
entre Estados Unidos y Canadá, la empresa a cargo del proyecto,
TransCanada, debe recibir permiso del Departamento de Estado de Estados
Unidos.
Entre las personas arrestadas frente a la Casa Blanca se encontraba
Julian Bond, ex director de la Asociación Nacional para el Progreso de
la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés -NO LEER).
Julian Bond declaró: “Se trata de un asunto importante que afecta a
todas las personas que vivimos en este país y a todas las personas del
mundo. De hecho, a menos que adoptemos medidas con respecto al medio
ambiente y dejemos en claro que queremos tener agua limpia, aire fresco,
todo lo que todo el mundo quiere y necesita, cada vez va a ser peor”.
Las protestas que tuvieron lugar durante dos semanas frente a la Casa
Blanca en el verano de 2011 culminaron con el arresto de 1.252
personas. En noviembre de ese año, otros miles de manifestantes se
congregaron para rodear la Casa Blanca y exigir que se rechazara el
pedido de autorización para la construcción del oleoducto Keystone XL.
Días más tarde, el Presidente Obama anunció que postergaría la decisión
hasta 2013, luego de las elecciones. Finalmente otorgó un permiso para
la construcción del tramo sur del oleoducto, proyectado de Oklahoma a
Texas. Dicha decisión provocó protestas de terratenientes y
ambientalistas, que incluyeron una campaña de acción directa no violenta
en Texas en la que la gente se encadenó a equipamiento del oleoducto,
ocupó tierras y se encadenó a árboles para impedir la construcción.
Cuando comenzó el proceso para solicitar el permiso, la entonces
Secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo que estaba a favor de
aprobar el oleoducto, a pesar de que la revisión obligatoria que debía
realizar el Departamento de Estado no había concluido. Tras esas
declaraciones, se generó controversia cuando el Washington Post informó
que el lobista de TransCanada en Washington D.C., Paul Elliott, había
trabajado para la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2008. La
Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, dirigida por Lisa
Jackson, una funcionaria nombrada por Obama, había sido crítica acerca
del oleoducto. Cuando Jackson renunció inesperadamente a fines de
diciembre de 2012, el New York Post informó, sobre la base de
información proporcionada por un supuesto “integrante del círculo íntimo
de Jackson” que “ella no quería ser directora de la EPA cuando Obama apoye la construcción [del oleoducto]”. Un portavoz de Jackson negó la veracidad de esa declaración.
El nuevo Secretario de Estado del gobierno de Obama, John Kerry,
habló acerca de Keystone XL después de su primera reunión oficial con un
dignatario extranjero, el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá,
John Baird. Kerry sostuvo: “La secretaria Clinton puso en práctica un
proceso muy abierto y transparente que estoy comprometido a continuar.
Puedo garantizarle que será justo y transparente, que se rendirán
cuentas del mismo y esperamos poder estar en condiciones de realizar un
anuncio en el mediano plazo”.
En el discurso sobre el Estado de la Unión, Obama le dio esperanzas a
quienes están preocupados por el calentamiento global: “Por nuestros
hijos y por nuestro futuro debemos hacer más para combatir el cambio
climático. [...] Podemos pensar que la tormenta Sandy, que la sequía más
severa en décadas y los peores incendios forestales que algunos estados
han tenido que soportar son tan solo una coincidencia. O podemos creer
en el dictamen indiscutible de la ciencia y adoptar medidas antes de que
sea demasiado tarde”.
Este domingo, en vísperas del feriado por el Día de los Presidentes,
se llevará a cabo la que se espera sea la mayor protesta contra el
cambio climático de la historia de Estados Unidos, denominada Forward on
Climate. Ciento treinta y cinco organizaciones participarán de la
manifestación, entre ellas el Sierra Club, Indigenous Environmental
Network y 350.org. Sierra Club es una de las organizaciones
ambientalistas más poderosas del mundo. Su decisión de participar en
acciones de desobediencia civil implica un gran paso en el movimiento
para detener el cambio climático. El director ejecutivo de Sierra Club
Michael Brune declaró: “Puede resultar un tanto sorprendente que una
organización como Sierra Club, que ha existido durante tanto tiempo y ha
participado en tantas luchas importantes, realice un acto de
desobediencia civil por primera vez. Pero creemos que este proyecto del
oleoducto de arenas bituminosas es un despilfarro. Provocaría tal
desastre climático que debemos utilizar todas las herramientas de la
democracia para luchar contra esto. [...] Nos damos cuenta de que
debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que en lugar de que se
inviertan 7.000 millones de dólares en un oleoducto contaminante, ese
dinero sea invertido en energía limpia”.
El Sierra Club parece evocar las palabras de su primer presidente,
John Muir, quien escribió en 1892: “Esperamos poder hacer algo por la
naturaleza y alegrar a las montañas”.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del
libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
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